A ciegas…
La cascada de tus
sentidos sobre mí se vuelca
Mis sueños de
ti están anegados, tu esencial compañía
Lameremos
nuestras heridas, cicatrices de lamentos
Mantendremos
la distancia que tu cabello
consiente
Giraremos
alrededor de la existencia, asiéndonos forjados
Formaremos el
mar, tú serás la sal que me haces yo
Cimentaremos
efigies que serán idolatradas
Tú serás la
belleza sobre el pedestal, mi torso
Paisajes de
calidez llenarán el oasis de nuestro reducto
Sintonía de
confidencias plagadas de susurros
Arrumacos de
impúberes, jadeos de lasitudes
Sudoraciones impregnadas
del canto del cisne
Rememoraciones
de añoranzas de epopeyas secretas
Y a todo nos
entregaremos a ciegas, ojos innecesarios
Escondidos tras nuestra intimidad, envidia de los ángeles.
Escondidos tras nuestra intimidad, envidia de los ángeles.
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