Me
Nívea
mirada ante el abismo
Sueñas
en tu decadencia, sin parpadear
Labios
cerrados, susurro sentencioso
Carmín
en la solapa delata tu última pose
La copa
humedece tu paladar
Se
esconde tras un sombrero
Calma el
pálpito de un álgido traspié
Altiva o
escrutadora, al cielo te diriges
Ícaro
cayó, la cera no aguantó el embate
Comprendo
la indulgencia
Está
razonada en tu inocencia
Esto no
promete, más que una debacle.
Tras esa
seriedad
Ruego, y espero encontrar tu eterna sonrisa.
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