Al Filo De La
Noche…Te sentí…
Permanecí en
el insulso estadio del volatinero
Que pávido se aferra
a un clavo candente,
Aquella noche
donde tuvimos el primer respiro
Asidos por una
cenefa de tul, y ojos ladinos.
Vendí mi ala a
un diablo con señal atiplada
Casi un
sibilante regodeo creía sus arrumacos
Perdiendo la
libre carencia de serafín discreto
Probando la ajena
pértiga que nos encumbró.
Vilipendiado entre
las callejas frías de celaje
Por una voz escarlata
asida a tu torso pálido
Prebendas de
cuchilladas sin cristal, ni sangre
No más rotundo
dolor sorbido cuan un puñal.
Irisado mi
aspecto, la luz de neón en el portal
De un cielo de
hojalata y manos en cabestrillo
Llegué con mi
escuálido porte, desgajándome
Cuan serpiente
decapitada, y vestiste mi alma.
Eres señora de
mi noche, gemela contrincante
De un rudo
lobo que esparce su pelo erizado
Por las
laderas de un monte vigía sombreado,
Aquiescente en
la labia de los otros, sin más.
Supe de mi amparo,
tras perder la isla vacía
Al recomponer
tu verbo en mis labios huraños
Sin menosprecios,
ni rutinas, sino celosamente
Parejo al don
de las vestales entregas al céfiro.
Promiscua
noche, compañera de viaje abatido
Déjame ser
voraz leviatán en este mar oscuro
Que las
sombras sean nuestras cómplices
Supuremos las
heridas de los bríos perdidos.
©Santiago
Pablo Romero. Sensualidad.
Imagen: Vadim
Stein.
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